¿Problemas para dormir?

Aunque los bebés carezcan de preocupaciones, también tienen problemas para dormir e incluso sufren pesadillas. El proceso de formación de hábitos de sueño en los niños no es fácil y está relacionado con otros factores como las rutinas alimentarias.

Entre los 3 y 6 meses, es normal que los bebés se despierten varias veces. En muchos casos, lo hacen porque necesitan comer algo.

Después de los 3 meses los niños están preparados, nutricionalmente hablando, para aguantar diez horas seguidas de sueño. Cuando eso no sucede, tal vez haya alguna enfermedad, problemas con el ambiente o angustia.

Algunas otras causas por las que nuestros pequeñitos no pueden dormir son:

• Malos horarios en la alimentación: Especialistas afirman que si el pequeñito en el día recibe alimento muy seguido no va a aprender a dormir tranquilo de noche, porque su cuerpo le va a pedir alimento a deshoras. Hacia los tres meses, debe estar comiendo cada tres o cuatro horas. Si las mamás o papás ansiosos le dan comida todo el día, cada dos horas, en la noche no lograrán dormir por períodos de tiempo largos.

• Los pequeñitos también roncan: Los ronquidos se pueden producir por problemas de inflamación de amígdalas y adenoides. Estos ronquidos, que suceden en la etapa más profunda del sueño, también pueden despertarlos. Para este caso, hay que consultar de inmediato al doctor.

• Pesadillas: Los pequeñitos sueñan con vivencias del día. Por eso, los pediatras recomiendan que durante el día los peques permanezcan en un ambiente muy silencioso, alejados de ruidos como el de una licuadora o una aspiradora. En la noche, pueden soñar con ellos, y levantarse asustados.

• Cambio de ambiente y condiciones para dormir: Después de pasar largos períodos en incubadoras, los pequeñitos tienen problemas para conciliar el sueño en sus hogares, porque extrañan la luz que siempre permanecía encendida. Así mismo, cualquier cambio brusco de ambiente puede producirles somnolencia.

• Para ayudarles a conciliar el sueño hay que ponerles música (se recomienda la clásica), para tranquilizarlos hay que hablarles, leerles cuentos, dejarles la puerta entreabierta, es recomendable dejar siempre encendida una luz y acompañar al  pequeñito  hasta que se duerma.Es preferible darles un baño de agua tibia antes de dormir y si es posible darles un biberón con agüita de  manzanilla para relajarlos. 

• No olvides procurar mantener siempre el silencio y la calma en el hogar. Teniendo en cuenta esto último, lograrás que el sueño de tu pequeñito sea placentero y reparador.